lunes, 30 de agosto de 2010

Hola, Amanda. Tú no me conoces, pero yo a ti sí. Jugaremos a un juego. Esto es lo que pasará si pierdes; el aparato que llevas está sujeto a tus mandíbulas superior e inferior. Cuando el temporizador que tienes detrás llegue a cero, tu boca quedará desencajada para siempre. Sólo hay una llave para abrir el aparato, está en el estómago del cadáver de tu compañero de celda. Echa un vistazo alrededor, sabrás que no estoy mintiendo. Pero date prisa.


Vive o muere. Tú decides.

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