miércoles, 25 de agosto de 2010

Óyeme si no quieres escucharme;
que sepas que duele que a veces mientras tu pones con esfuerzo la cama, 
otros se follen sin pensárselo dos veces tus sueños.
Mejor quitate el disfraz, que ya nos conocemos, porque con eso solo haces que tenga ganas de disfrazarme yo.

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